domingo, 28 de septiembre de 2008

Argumentos a favor del futuro y el desarrollo económico de la Sierra de Gistreo


En la historia de estos nobles y trabajadores pueblos de la sierra de Gistreo, nos encontramos ante una nueva oportunidad para poder ejercer democráticamente nuestra voluntad popular, ejercer el derecho a elegir nuestro futuro, y lo que es más importante, respetar el pasado, la historia, la vida y costumbres de la tierra que nos ha visto nacer, quien como una madre imperecedera será nuestro legado a los hijos que aquí han nacido.

Nuestra gran madre, la sierra de Gistreo de la que con tanto orgullo hablamos allá donde vamos, no deberá jamás estar recluida en un parque geriátrico, atendida por gente despreocupada cuyo único deseo es mantenerla entubada, con autopistas, cables y ventilación asistida y postrada en una cama de hormigón. Nuestra gran madre, la de nuestros antepasados, abuelos y padres debe seguir cobijándonos limpia y sana para que nuestros hijos hereden con toda su grandeza aquello que nosotros con tanto cariño hemos cuidado.

Decía que tal vez no seamos las personas adecuadas para estar aquí hablando acerca de las virtudes y bondades tan benignas para la salud, que guardan estos hermosos parajes que nos contemplan, porque quienes mejor podéis hablar de ello sois cualquiera de vosotros, pues la conocéis mejor que nadie que se acerque por aquí con tecnología punta en forma de aspas y promesas de taparnos el verde de los montes con la falsa ilusión de un dinero, que como diablo tentador nunca veremos.

La minería desguazó la piel de nuestros montes y valles, cuando todos los días bajábamos al interior de la tierra tentando la suerte en hastiales, ramplas y guías y regresar a casa con todo el pellejo intacto y un sueldo para mantener la familia, la casa y si se podía guardar algo, por lo que pueda pasar, y si fuera posible poder estudiar a los hijos para que dispongan de una mejor calidad de vida y un futuro esperanzador. Sin embargo, ahora pregunto ¿Alguien apostaría un solo euro porque esta modernidad procedente de Dinamarca, donde ya nadie quiere ni un molino más? ¿Vendrá también con un sueldo para todos entre su aspas?

Hurgamos en las entrañas de nuestra tierra jugándonos la vida. Destruimos hermosos valles y las tierras de nuestros convecinos, muchas veces engañados ambos. Ganábamos poco comparado con el riesgo y el esfuerzo realizados, mientras fuera de León se nos veía como brutos, temerarios, incultos, borrachos y despilfarradores de dinero. Entretanto unos pocos se hicieron ricos, y ya casi no nos acordamos de cuantos quedaron en el camino.

Por entonces nuestros gobernantes concedían las licencias de uso del suelo comunal solo a cambio del empleo, sin exigir nunca respeto por la tierra donde vivimos, nuestra tierra, siendo ahora testigos de las heridas no cicatrizadas que nos dejaron quienes se fueron con su riqueza; en lo que antaño fueron bellos parajes ya ni siquiera se respetan los restos de esta antigua actividad industrial, lo poco que queda de la arqueología minera, por ser parte de nuestra reciente historia laboral, ni se restaura ni promociona desde una perspectiva turística en armonía con el medio natural, sino todo lo contrario, se abandona como chatarra porque ya no es productiva.


Esta maravillosa tierra se merece ya mayores muestras de respeto por parte de todos, ya ha tenido demasiados partos dolorosos para que otros ajenos a ella, insensibles y avariciosos se hayan largado con su fruto. Ya es tiempo para que descanse de tanta cirugía traumática, y seamos quienes la reconocemos como una parte importante nuestra los que pongamos todo nuestro coraje y cariño en defenderla. Ella agradecida por el excelente trato dispensado de armonía y respeto nos recompensará con sus mejores regalos: su milenaria belleza y su paz.

Sí, porque de estas virtudes de la sierra de Gistreo podemos alardear en cualquier parte y mostrar amablemente a todo forastero que desee compartir con nosotros todo lo que desinteresadamente nos otorga. Ya va siendo hora que digamos y mostremos a todo el mundo lo privilegiados que somos viviendo aquí, y que siendo gente humilde y hospitalaria, estamos dispuestos para albergar al calor de este y otros núcleos rurales de esta vieja y hermosa sierra de Gistreo, hasta ahora solo valorada por científicos, naturalistas y deportistas, que aquí pueden venir de cualquier parte del planeta, siempre serán acogidos como hermanos y obsequiados con un cacho de pan casero y un choricín, acompañado por un gotín de vino, o si la prefiere con buen jarro de una excelente agua, que de eso no nos falta.

Esto es lo que tenemos, y aquel que no lo quiera ver nos ofende, y por consiguiente, insulta a la madre tierra. Insulta a la inteligencia.

Más de uno pensará que la tierra que pisamos no vale nada, que todo son praos abandonados, poulos y montes que solo dan urces, escobas y algún rebollo ralo por cualquier parte; donde solo se puede sacar arena y aprovechar de las crestas de la montaña unos vientos, que deben ser buenos ya que se hacen campeonatos de parapente, y así sacar unas pingues subvenciones que la Junta nos pone a saco, sin tener que presentar Evaluación de Impacto Ambiental ni pasar por el ministerio y cuando quede demostrado que ese viento solo es óptimo para las águilas, galfarros y deportistas, que solo vienen por aquí a pasar el rato porque no tienen mejor cosa que hacer, ya no nos quedará tiempo ni para mirar la chatarra que en esa mierda de monte les va a quedar.

Pues no. No señores, así no. Esta tierra vale más que para servir de vertederos y escombreras.

Pues no. Va a ser que no. Que aquí vive gente íntegra y con sentido común. Estamos en el siglo 21 y si el petróleo se pone imposible, bienvenidas sean las energías renovables pero, no en cualquier parte y en estos humildes pueblos queremos seguir viviendo sanamente sin que nos destruyan la sierra porque los franceses precisan luz y no encuentran otro sitio mejor que este donde buscarla. Todos los implicados en este megaparque deben creer que somos gente de fácil engaño.


La energía eólica es un bien para toda la humanidad, siempre defendida por quienes años atrás auguramos el cambio climático si continuaba este ritmo frenético de consumo de energía; un despilfarro de los combustibles fósiles que ha acrecentado el calentamiento del planeta. Quienes tienen en sus manos el poder de generar energía, son capaces de influir en gobiernos y someter a ayuntamientos. A ellos solo les importa que consumamos cada vez más (o sea, hacer caja) porque así nos tienen atrapados, sin molestarse en buscar alternativas al petróleo. Ahora le están viendo las orejas al lobo, sin embargo, no se cansarán hasta acabar con todas sus reservas. Endesa y todas las demás, Ibertrola, Penosa, etc, van de verdes, son como los coches de ahora que son más ecologistas que cualquiera de vosotros, que si vivís en un hermoso parque natural y en armonía con la naturaleza.

La energía eólica como la solar es una alternativa de futuro, pero cuidado, no en cualquier sitio, como es el caso de la sierra de Gistreo. Esta sierra alberga muchos valores naturales que debemos preservar y a la vez saber explotar como una auténtica posibilidad de riqueza y futuro. La Corporación Municipal de Noceda, como la de Igüeña, aunque de distinto signo político, asesoradas por el mismo secretario de la Mancomunidad de Municipios del Bierzo Alto, harían mejor los deberes para ser más consecuentes con la historia y las necesidades de sus convecinos, si apostaran por la belleza y los recursos naturales, que pueden convertir a Noceda y otros pueblos de la sierra, en un proyecto económico serio y con mucho futuro, modernidad, desarrollo y respeto por la tierra. Sería la opción más inteligente en vez de dejarse convencer para atrapar un escaso dinero fácil que es muy posible no llegue jamás a verse, siendo el pago como casi siempre sucede para contentar a unos pocos mientras la mayoría nunca veremos ni mejora ni desarrollo alguno. Sería como vivir mirando al suelo para no sentir vergüenza por el atropello consentido y por unos listos consumado.

El que paga siempre gana, quien recibe por muy satisfecho que se sienta nunca sabrá cuanto se lleva su vecino. El vecino de Espina, nunca sabrá lo que le pagan al de Tremor, ni este sabrá lo que le dan al de Quintana, y así sucesivamente.

La energía eólica es una de las opciones de alternativas para hacer un mundo más humano y respirable. La energía eólica está concebida para favorecer el bien común, es decir, obtenerla de una forma responsable dentro de los parámetros del desarrollo sostenible (limpia, como dice la UE), orientada a preservar la calidad del aire, la biodiversidad de las masas boscosas y la salud de los pueblos. Nunca para favorecer a inversores que solo reconocen la santa religión del dinero. Nunca para favorecer a cazadores de subvenciones. Nunca para destruir pueblos y paraísos naturales. Nunca para beneficio de unos pocos y perjuicio de la mayoría que será quien pagará en un futuro inmediato las consecuencias del fraude, viendo como sus pueblines se deshabitan aún más vertiginosamente, y aquello que representó su símbolo de paz, salud y futuro, quedará convertido en un solar de chatarra que ya nadie querrá ver.


Queremos eólicas, claro que si, pero el futuro de Colinas, Quintana, Noceda y demás pueblos de esta sierra, no viene en forma de torres feas que espantan al visitante y destruyen unas montañas, que si de verdad alguien en Valladolid, León o Ponferrada quiere el bien para unos pueblos injustamente abandonados y deprimidos económicamente, deben declarar parque natural a las sierras de Gistreo, Coto y Vizbueno cuanto antes. Esto si que sería una gran opción de futuro pensando de una forma integral en personas, economía, montes, plantas y animales.

Que nadie se atreva a decir que estamos en contra de las energías alternativas y renovables.

Decimos que estamos apostando por la sierra entera, desde Valdesamario a Villablino y desde Palacios del Sil a Igüeña

Decimos que estamos a favor del futuro y el futuro de esta tierra pasa porque no nos la rompan más, por favor, que si la dejamos tranquila esta vieja sierra que nos ha visto nacer se pondrá guapa, sin necesidad de silicona, ni cirugía estética e igual que nos sigue cautivando a nosotros que la queremos y mucho, atraerá a mucha gente, pudiendo convertirse en la envidia de todos aquellos que no han sabido mirar al futuro cuidando lo que tienen.

Si en Francia, que es adonde irá a parar en forma de corriente eléctrica lo que produzcan nuestros montes, consumen mucha luz y ya no les llega lo que producen sus peligrosas 58 centrales nucleares no es nuestro problema. Nuestro problema es que se destruya la sierra.

Si empresarios emprendedores que invierten su mucho dinero con el afán de doblarlo sacando subvenciones que les otorgan sus amigos de Valladolid, si aquí no se lo impedimos, no es nuestro problema, que construyan allá donde esta luz se va a gastar. Nuestro problema es que nos roben lo único que nos queda, que no es poco, que no hace falta que nos den cuatro duros para que nadie nos mire ni venga por aquí.

En toda la provincia de León se genera tanta energía que nos sobra el 85%, que es lo que mandamos para fuera. Noceda no necesita autodestruirse para beneficio de unos empresarios y sus amigos, y mandar la esencia de su vida y futuro hacia lugares que si alguna vez tuvieran la remota intención de conocernos, jamás se acercarían por aquí viendo semejantes armatostes sobre nuestras cabezas.

Si alguien quiere más luz para conectar el aire acondicionado, que ponga un molino en su jardín, o que se pase por aquí, que esos artilugios de capital no sirven para nada al abrigo de la sierra de Gistreo.


Por aquí, si no lo impedimos, veremos pasar un futuro destructivo, en forma de grandes camiones con enormes plataformas. Veremos pasar todo tipo de maquinaria pesada, tal vez de ultimísima generación para destrozar nuestros montes, donde ya no habrá jamás paz, belleza, caza, parapente, y ni siguiera interés por unas fuentes a la sombra ruidosa (si llegan a moverse) de unos molinos que romperán el paisaje, las ilusiones y el futuro de muchas familias que han apostado por dar a conocer a los forasteros los encantos de esta tierra.

Si queréis tener una prueba de lo devastador de los parques eólicos puede ir cualquiera al Redondal, que de ser un final de etapa ciclista, donde han ganado Valverde y Contador, ha quedado inservible incluso para los trabajadores de la torre de emisión de radio y televisión, debido al continuo trajín de maquinaria pesada.

Por aquí no va a pasar el futuro. Será como en el pasado pero con mayor poder de destrucción, la mierda de montes que nos dejarán será visible nada más asomar por el Manzanal, y desde todo El Bierzo. Nadie de los pueblos va a subir cada día a trabajar al parque, para traer un sueldo a casa. Nos robarán lo nuestro sin darnos nada a cambio, si acaso una escultura alegórica al dios de los vientos (entiéndase Consejería de Medio Ambiente de Castilla y León) cada tres años en una plaza del pueblo financiada por la Junta Vecinal e inaugurada por cualquier papamoscas de Valladolid, León o Ponferrada.

Amigos, vecinos, compañeros, si realmente queremos lo mejor para nosotros, nuestros pueblos y montes, tenemos que rechazar esta apuesta mercantil subvencionada. Lo que nosotros necesitamos es algo mejor y más sencillo: cuidar y respetar lo que tenemos. Que nos den dinero por ello para cuidarlo y conservarlo.

No a las torres que contaminarán y destruirán nuestra sierra.

No a las torres que eliminarán la belleza de nuestros montes.

No a la ruina económica de todos los pueblos de la Sierra de Gistreo.

Apostamos por el futuro.

Queremos energía positiva.

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