Se pretende construir, amparado por la Junta de Castilla y León, un parque eólico en uno de los ecosistemas de media-alta montaña cantábrica ( Pico Torres 1796 metros, Peña Rueda 1724 m, Pico Valdesmar 1670 m) de gran valor ecológico y faunístico, con gran diversidad de fauna y flora y con un gran impacto visual. Pueblan esta zona especies protegidas de mamíferos y aves en peligro de extinción como alimoche, perdiz pardilla, águila culebrera, buitre leonado, halcón peregrino, azor, águila real, lobo, gato montes, liebre de piornal, jineta, desmán de los Pirineos, también se han producido incursiones en estos últimos años de varios ejemplares de oso cantábrico siendo zona de paso para conectar las dos poblaciones de este plantígrado.
Además existe representación de bosque atlántico con ejemplares de roble albar, pirenaico y carballo, así como bosque de hayas, bosquetes de abedules, tejos centenarios, mostajos, serbales de los cazadores, avellanos, enebros rastreros, arandaneras, gayubas, gencianas y pastizales y camperas de alta montaña que sirven de alimento a la cabana ganadera de ovino, caprino, vacuno y caballar.
Y, por último, existen varias rutas de montaña en este entorno que constituyen un aliciente para las numerosas casas rurales de estos pueblos y la comarca. Todo esto corre el riesgo de ser arrasado por este proyecto que es el primero de otros del mismo tipo (ya se está gestando otro en la zona de Sabero-Boñar a las puertas de un Parque Regional y del Parque Nacional de Picos de Europa) que amenazan a la montaña leonesa que parece ser sólo objeto de atención para inundar sus valles o destruir sus cumbres en nombre de un progreso que a la montaña no le ha reportado más que miseria.
¡No más agresiones a la montaña leonesa!
Carlos Rodríguez Gutiérrez
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