lunes, 4 de enero de 2010

Ahora, harán falta calderos

Confluencia de los ríos Omaña y Luna.

El pasado día 28 la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) emitía una nota informativa difundida por la Agencia EFE, donde daba a conocer el encargo de un estudio que buscará alternativas al intento fallido de construir un embalse en el río Omaña. La adjudicación de este proyecto que presenta CHD para la cuenca del río Órbigo, ha recaído en la UTE formada por Euroestudios SL e Ingeniería Civil Internacional (INCISA) tendrá un coste de 651.000 euros.

Hasta este punto no debería levantar sospechas la noble actitud de CHD, en su empeño de buscar alternativas, después de que el proyecto se paralizase en 1993 por el entonces ministro de Medio Ambiente Josep Borrell, dados los inasumibles impactos sociales y medioambientales que ocasionaba en la zona, la idea de embalsar Omaña. Sin embargo, cuando asegura que, el estudio analizará la regulación de recursos de la cuenca en el tramo de río Luna-Órbigo, aguas abajo del embalse de Barrios de Luna, así como la regulación de las aportaciones que recibe el Órbigo en las cuencas de sus ríos afluentes y las aportaciones del mismo en las zonas regables, comienzan las sospechas razonables. Todos sabemos que el río Órbigo es hijo del Omaña y el Luna, pues nace de la unión de ambos en Santiago del Molinillo, por lo cual, aunque traten de solapar el proyecto como tramo Luna-Órbigo, está claro que siguen con la espina clavada buscando retomar el proyecto inicial consumando la inundación.

Para la comarca de Omaña, ya atacada por el síndrome eólico por todos sus puntos cardinales, es lo que le faltaba. No sabemos cuales son las intenciones de la CHD, pero a primera vista todo indica que su único propósito es inundarlo todo. Estas ansias no quedaron saciadas arruinando Riaño.

¿Nos hará falta también un caldero?


2 comentarios:

Alto Sil dijo...

Lada-Velilla, Parques Eólicos en cada sierra, embalses en Caleao y Omaña..., ¡¡VIVA ESA ESPAÑA SOSTENIBLE!!

Casimiro Martinferre dijo...

En legítima defensa, los omañeses no quieren sumergida la tierra donde nacieron ellos y sus nietos y los tatarabuelos de los abuelos de sus tatarabuelos. No quieren ver su sangre ahogada y licuada en la nada. Otros desean este desalojo y diáspora, para convertir en regadíos las fincas de la Avaricia. La solución: siembren las fincas de la Avaricia con molinos, que todos los parques eólicos de nuestras montañas se trasladen aquí.

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