El patio berciano

Pese a la propaganda, es un hecho que el Bierzo ha sufrido un intenso proceso de desindustrialización. Paralelamente, se ha ido implantando una supuesta economía de servicios con fuerte predominio de la temporalidad, bajos salarios y malas condiciones socio-laborales (pregunten a los asalariados del sector de la hostelería). Sólo el boom de la construcción proporcionó una efímera ilusión de prosperidad para, al final, dejar más patente aún la extrema debilidad de la economía berciana, al arrastrar en su caída a cientos de pequeñas empresas y trabajadores vinculados de alguna forma al negocio inmobiliario. Estos hechos son consecuencia de la forma que el llamado Partido Transversal o PPOE (pero no sólo ellos) ha entendido el desarrollo económico, y el bienestar, de los ponferradinos y bercianos: dilapidando los ingentes recursos públicos, fomentando la especulación y el dinero rápido, destruyendo nuestro entorno natural y cultural, degradando los servicios públicos y convirtiendo el uso clientelar y nepotista de la Administración pública en su seña de identidad, todo ello aderezado con la manipulación descarada de unos medios de comunicación absolutamente acríticos, cuando no cómplices. En definitiva, haciendo del Bierzo el reino de las redes clientelares y de la falta de garantías para el cumplimiento de los derechos sociales. Podría pensarse que, con esta actitud, los Riesco, Canedo y Cía. tergiversan el juego democrático; nada más lejos de la realidad. Lo que hacen es exprimir todas las posibilidades que les brinda una sociedad, que ha abandonado el control social del poder en manos de caciques, corruptos, matones o estúpidos santones, que son los que controlan, hoy en día, la práctica totalidad de los partidos políticos bercianos y la vida política local. Mientras, amplios sectores sociales, asqueados y desanimados por esta situación, se van refugiando en una insensata indiferencia.

DEPRESIONES | Germán Valcárcel