lunes, 6 de septiembre de 2010

El negocio eólico en Omaña destierra al urogallo de sus zonas de cría


EL AVE SE ENCUENTRA EN PELIGRO DE EXTINCIÓN

Un parque eólico amenaza al urogallo

Castilla y León ha desprotegido varios hábitats del urogallo cantábrico para construir un parque eólico de 100 kilómetros de longitud en la montaña leonesa.

FERNANDO PASTOR | LEÓN
Diagonalweb
LUNES 6 DE SEPTIEMBRE DE 2010. NÚMERO 132

Más de 100 kilómetros de molinos coronarán la montaña occidental leonesa. Los parques eólicos en esta región amenazan al urogallo cántabro, una especie con la máxima protección, en peligro de extinción, que no ha conseguido frenar el negocio de los aerogeneradores.

Cuando la Junta de Castilla y León elaboró el Plan para la Recuperación del Urogallo Cantábrico, en enero de 2009, dejó fuera áreas que forman parte del hábitat de este ave protegida. En esas zonas que la Junta no incluyó, el Gobierno de Castilla y León ya había proyectado varios parques eólicos. Empresas participadas por Endesa, Unión Fenosa e Iberdrola, entre otras, y el conocido empresario leonés Manuel Lamelas, presidente de la Cámara de Comercio de León, ya se habían repartido las montañas de la zona para el negocio de los molinos.

Argucias legales El proyecto del parque eólico se ha gestado, además, con artimañas legales. Para conseguir que el proyecto pase los trámites de aprobación de impacto ambiental, el macroparque, técnicamente, se ha convertido en varios parques pequeños. El impacto ambiental se ha estudiado ‘a trozos’ y no en su conjunto. De paso, incluso se han fraccionado los elementos de infraestructura necesaria para ponerlo en marcha: las pistas, las subestaciones, las líneas de evacuación, etc. El fraccionamiento sirve a los promotores para poder multiplicar el cobro de subvenciones.

Los proyectos de una potencia superior a 50 MW no pueden acogerse a las primas por producción en régimen especial. Por eso se han fraccionado en proyectos pequeños que no superan los 50 MW. Es decir, si un proyecto de 900 MW lo dividen en 18 de 50 MW, pasan de no obtener subvención a cobrarla 18 veces. Las organizaciones que se oponen al macroparque eólico van a solicitar al Tribunal de Cuentas Europeo que fiscalice los fondos que la Junta de Castilla y León ha destinado a estos proyectos. Por si esto fuera poco, los molinos van a atravesar la montaña leonesa occidental en zonas declaradas Lugar de Interés Comunitario, Zona Especial de Protección de Aves, y por varios parques naturales incluidos en la Red Natura 2000, en la Reserva de la Biosfera y en zonas de recuperación del oso pardo.

El sur de la comarca de Omaña y el norte de Cepeda, en León, son las zonas donde el urogallo corre más riesgo, junto a otras zonas de la montaña leonesa, debido al impacto de los molinos, ya que han quedado fuera del plan de protección de esta ave, aunque la Administración autonómica procede al marcaje y recogida de huevos de urogallo todos los años. El impacto del parque eólico también repercutirá en la fauna de la montaña palentina.

Sobre el impacto de los aerogeneradores en estas aves en peligro de extinción, existen precedentes en Europa. En Suiza, por ejemplo, ha desaparecido la mejor población alpina de gallo lira (pariente cercano del urogallo) tras la instalación de un parque eólico. Por eso, ningún país europeo con poblaciones amenazadas de urogallo plantea la instalación de parques eólicos en el hábitat de esta especie, según señalan los grupos conservacionistas. Más de diez organizaciones ecologistas y conservacionistas, como Asociación para el Estudio y Protección de la Naturaleza URZ, la Plataforma por la Racionalización de la Energía Eólica en la Montaña Occidental Leonesa, la Sociedad Española de Ornitología y Ecologistas en Acción, entre otras, hace tiempo que denuncian las consecuencias del macroparque eólico en las montañas leonesas. También señalan la ilegalidad del fraccionamiento del proyecto y que la práctica que han llevado a cabo las empresas concesionarias del parque eólico es un fraude de ley.

La UE ha obligado a la Junta de Castilla y León a incluir en el Plan de Conservación del urogallo cantábrico zonas afectadas por el parque eólico. También el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León se ha pronunciado en contra de la mayoría de los pequeños parques en los que se ha subdividido el macroproyecto. Sin embargo, las obras de algunos miniparques eólicos ya están en marcha, a pesar de las sentencias en contra de los tribunales.

Incluso las empresas concesionarias no han respetado el período de cría del urogallo, como marca la Ley de Patrimonio Natural, que prohíbe la actividad entre el 15 de diciembre y el 31 de julio, período de celo y reproducción del urogallo cantábrico. Las promotoras se justifican argumentando que sólo han realizado trabajos de conservación e insisten en la importancia del parque eólico porque crearán puestos de trabajo. Sin embargo, según las organizaciones conservacionistas, las piezas de los aerogeneradores se fabrican fuera, el personal que instala los molinos tampoco es de la zona y se regulan desde un centro de control en Toledo. La Junta de Castilla y León ha actuado de forma parecida en la Ciudad del Medio Ambiente o San Glorio, entre otros, declarados de “interés regional”, gracias a la modificación de la Ley de Ordenación del Territorio para ‘blindar’ las obras que chocan con la protección del medio ambiente, sin posibilidad de ir a los tribunales. En el caso del parque eólico de la montaña leonesa, la Junta ha excluido de la protección zonas de vital importancia del urogallo cantábrico.

Organizaciones ecologistas denuncian que los promotores siguen con las obras para tratar de finalizar los proyectos y justificar inversiones millonarias antes de que lleguen más sentencias en contra.

Un ave rara según el ‘Libro rojo’

Habita en los bosques fríos de Europa y en Siberia. En las montañas meridionales, como los Alpes, los Pirineos y la Cordillera Cantábrica. En el Estado español, los urogallos sufren una constante regresión debido a la reducción de su hábitat y a la caza furtiva.

La subespecie cantábrica, tetrao urogallus cantabricus, está catalogada en peligro de extinción en el Libro rojo de las aves y en el Catálogo nacional de especies amenazadas. Esta ave cuenta con un colorido y tamaño propio, considerada la subespecie más arcaica dentro de la familia del urogallo. La Universidad de León lo califica como “una reliquia del más alto valor en términos científicos”.

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