lunes, 29 de septiembre de 2008

Molinos de viento en la sierra de Gistreo


¿Cualquier empresa puede instalar molinos de viento cualquier sitio?  NO

En la Junta de Castilla y León se pensó en hacer un Plan Estratégico Regional sobre Parques Eólicos para regular y ordenar la instalación de parques eólicos, para que se instalasen en los lugares adecuados. Lo que, en principio, era una buena idea, ya que frenaría una proliferación indiscriminada de parques eólicos, que además de no llevarse a cabo, ha generado otros problemas:

          1.- Se ha hecho directamente desde la Junta y no se ha tenido en cuenta apenas la opinión de los municipios afectados. Con este Plan los vecinos de los municipios afectados no pueden decidir si quieren molinos o no en sus términos municipales, ya que les vienen impuestos desde la Administración de la Junta. Además la participación ciudadana ha sido prácticamente nula.

          2.- La Administración se ha preocupado de que los pocos cauces de participación ciudadana existentes, queden reducidos, exponiendo a información pública los proyectos durante los meses de verano y sólo durante veinte o treinta días. Cuando los ciudadanos han pedido información complementaria, esta ha sido negada sistemáticamente.

         3.- La ocultación de información, tanto a los ayuntamientos como a la población afectada ha sido una constante desde el principio.

        4.- Han primado los intereses de las empresas adjudicatarias frente a los valores ambientales o paisajísticos. Se han proyectado (y construido) sobre zonas incluidas en la Red Natura 2000 ó en zonas con importante población de aves (IBA). Además, en algunas zonas, se han proyectado a poco más de 1000 m. de los núcleos de población, como en el caso de Espina de Tremor.

          5.- El Plan Eólico debería estar basado en un estudio de vientos que no se ha realizado, solo se colocado medidores como justificación a los proyectos. Tampoco se ha tenido en cuenta el principio de que la energía se debe producir lo más cerca posible del consumidor, seleccionando las comarcas de interior, que son las que menos energía consumen y donde menos recurso recursos económicos existen. Una vez más, nuestros pueblos son el patio trasero de lo que no quieren en otros sitios de la Comunidad.

          6.- Se ha apostado por grandes parques eólicos, cuya energía se deriva a través de enormes trazados eléctricos a los sitios donde se va a consumir. Las infraestructuras necesarias para la construcción de estos grandes parques sólo puede ser asumida por grandes empresas eléctricas y de la construcción que son las únicas que han obtenido las concesiones de la Junta. Una vez concedidas las licencias hemos asistido a una serie de compra de derechos y absorción de empresas que han originado casi un monopolio, ya que cerca del 90% de los parques eólicos de la Comunidad estén en manos de una sola empresa que con distintas denominaciones gestionará los parques eólicos.

          7.- Por otra parte, se han invadido las áreas de mayor valor ambiental y paisajístico de la Comunidad Autónoma, sin que hubiese otra necesidad para hacerlo que el beneficio económico de las empresas.

          8.- Además se produce el agravio comparativo de que a las empresas eólicas se les ha permitido ocupar vías pecuarias y grandes extensiones de monte público, dándoles todas las facilidades, lo que contrasta con las grandes trabas que encuentran los vecinos de estos pueblos para cualquier actuación sobre estos bienes públicos.

¿Una vez aprobados los parques puede haber modificaciones?

En teoría no, pero sin embargo se están produciendo. Se ha dado el caso de que una vez aprobados los proyectos y expuestos a información pública, éstos han sido modificados, aumentados o reducidos e incluso trasladados sin que se haya hecho una nueva exposición pública del proyecto.

¿Hay algún peligro más para las aves?

Según SEO/BirdLife, la instalación de parques eólicos en las IBA de la Comunidad que no han sido todavía declaradas como ZEPA “supondrá un impacto significativo sobre las especies de aves amenazadas de esas zonas y un incumplimiento de las directivas europeas en materia de conservación del Medio Ambiente”. Otro problema es que al disminuir la vegetación y ahuyentar los insectos y pequeños mamíferos las aves deben irse a otras zonas por falta de alimento. Además las rapaces nocturnas (que únicamente cazan con el oído) desaparecen ya que el ruido del aerogenerador les impide la audición de otros ruidos.

Existe el riesgo de contraer enfermedades por las radiaciones de las líneas de alta tensión, que en algunos casos como en Quintana, pasarán a pocos metros de las casas. Además, está demostrado que la permanencia junto a fuentes continuas de ruido produce jaquecas, depresiones y enfermedades mentales. En el parque eólico Cerro Palo, de Cuenca, a la entrada hay un cartel que señala lo siguiente:“Visitante. Un parque eólico es una instalación industrial. La permanencia del público junto a los aerogeneradores no es aconsejable debido al riesgo que circunstancias tales como la realización de labores de mantenimiento, desprendimiento de hielo, caída de rayos u otras, pudieran entrañar para el personal no autorizado.”

¿Hay alguna afección al empleo?

Además, no sólo no crean empleo sino que lo disminuyen. Como precisamente las comarcas de interior tienen una red de alojamientos rurales y de hostelería que se abastecen del turismo potencial en esas zonas, al disminuir el turismo, estos empleos que dependen del turismo se perderán. Precisamente el alejamiento de los molinos de la costa ha venido impuesto por su afección al turismo de playa, sin tener en cuenta que el turismo de interior se verá igualmente afectado. Al terminar la belleza del paisaje y la tranquilidad, terminará el turismo que busca precisamente estas dos cosas.

¿Y en cuanto a la economía de las personas?

¿Quién y por cuánto venderá un campo o una casa con un parque eólico contiguo o con una línea de alta tensión? Los estudios de la Universidad de Salamanca estiman que unas casas a 1000 m. de un parque eólico pierden un 30% de su valor, pero es que si uno posee algo invendible, lo que pierde realmente es el 100% de su valor. Además, las cantidades de dinero percibidas por la ocupación de los terrenos son irrisorias y cicateras comparadas con los grandes beneficios que van a recibir las empresas ocupantes. Hay casos tan escandalosos como el de Vilafranca del Cid (Castellón), donde por la instalación de una torre de alta tensión en una finca y por la expropiación de 15.700 metros cuadrados se han pagado 65 euros.

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