miércoles, 19 de noviembre de 2008

Palones eólicos en nuestros montes. Incineraciones varias. Cáncer a punta pala y arsénico a esgaya.

Bierzo polucionado

LA FRAGUA DE FURIL

MANUEL CUENYA

CUANDO todo zurriburri creía, o nos habían hecho creer, que el Bierzo es un lugar idílico, hecho de verdor y pureza cuasi mística, valle de silencio, Tebaida de ríos sanísimos, hoya para recrearse, va y se nos cae el Ecce Homo del cielo y nos choven dioxinas y puterías por los poros de nuestra intra-ánima. El Bierzo mítico sólo pervive en nuestra memoria ancestral, en nuestro subconsciente florido y fantasioso, porque el Bierzo real, en el que vivimos, se nos sirve polucionado, en el aire y en el agua. De repente a uno le asalta una duda metódica, cartesiana, y se pregunta si en vez de morar en el Bierzo no estaremos en algún Distrito Federal cochambroso, donde la polución cubre, con su monstruosa sábana negra, cielo y tierra, como sucede a menudo en el Distrito mexica, urbe para ser sobrevolada más que pateada. Aunque los de Bierzo Aire Limpio, a quienes damos todo nuestro apoyo, se han encargado de echar abajo la aberración que pretende la Cementera Cosmos: la incineración de sustancias como neumáticos, harinas o grasas animales, la sacrosanta Junta de Castilla y León, a través de la Dirección de Prevención Ambiental y un discurso harto perverso, ha decidido, por sus fueros, furos y furanos que no pasa nada, que la cementera puede quemar lo que sea, aunque nos caiga la bilia encima el llombo, aunque castiguen nuestras viñas y árboles frutales, nuestros chopos ya de por sí torrados, y nos atufen con sus hedores malsanos. Que a lo mejor así atraemos el turismo rural y promovemos nuestro patrimonio natural. Ya pagamos y seguimos pagando, como payos, desde las fumarolas contaminantes de la térmica, hasta los impactos de los palones eólicos en nuestros montes sagrados, y ahora nos intoxican con incineraciones varias, cancerígenas todas ellas, y arsénico a esgaya. Como ocurre en la Oencia de Cristo versus Arizona, espuelas en ristre, donde los vecinos andan embotados de tanto arsénico, más por desgracia que por compasión, como tiene el agua. Hasta algunas aguas de Noceda, conocido por sus aguas medicinales, aparecen tocadas o no tratadas. Qué panorama de negrura se avecina, che. Si nos habían dicho que el Bierzo es comarca virginal, vergel, edén donde retozan, cual hippies cachondos, adanes y evitas al desnudo, como los parió su madre, en medio de una naturaleza esplendorosa, en un entorno matavenerino y sesentayochista. Cómo pudimos creernos tal milonga, si nos las están metiendo dobladísimas y hasta la empuñadura. Será por nuestra naif visión del mundo-Alicia.


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