sábado, 13 de junio de 2009

El impacto


Silla baja
José Álvarez de Paz

DICE EL informe de impacto ambiental del proyecto de parque eólico en Noceda que Gistredo es tierra de rañas y canchales con sensibilidad ambiental baja, pero los molinos se alzarán sobre un inmenso campo de genciana, remedio contra la anorexia y el dolor de estómago. Nada parecido a la realidad que admiran los caminantes que ascienden hasta las fuentes por donde sobrevuela el águila real y canta el urogallo, junto a las cascadas que jalonan la ruta, superados los sotos centenarios, las nogales y los avellanos, los acebos, abedules, serbales y robledales. Nada dice del oso pardo que cata las colmenas de Pardamaza, tampoco valora la diversidad de aves catalogadas por la universidad de León y por SEO Bird Life en Gistredo.

Dice el citado informe que si aparecen por allí ejemplares de urogallo durante las obras «estas podrían ser paralizadas si pudieran ocasionar molestias», prometiendo medidas genéricas para la protección de las aves allí catalogadas por las Directivas europeas 79/409 y 91/294, especialmente en épocas pre y post nupciales, conmovedor gesto de protección a la familia.

Dice que la intrusión visual de los 27 aerogeneradores de 68,5m.y 55 dB de ruidos diurnos y 45 dB de ruidos nocturnos no afectarán a las rutas de los castros pre romanos y de las fuentes medicinales, pues ya se encargarán ellos de que esté presente en todas las obras un arqueólogo del santo remedio.

Dice que el sector agrícola es predominante en Noceda. Un pueblo que no vive de la agricultura, tradicionalmente dependiente de la ganadería y la minería, emergente hoy el sector servicios, con dos hoteles y varios hostales y casas rurales, y en torno al medio centenar de plazas de residencia y hospedaje. Eso sin contar la residencia de ancianos y la importante oferta del camping de Chanos, a punto de ser inaugurado.

Desarrollo sostenible y emergente que pretenden enterrar con palas eólicas, como en Cubillos del Sil o en Toral de los Vados promueven, con la complicidad de sus respectivos alcaldes, iniciativas que envenenan el aire y ponen en cuarentena productos autóctonos de calidad contrastada, para los que tampoco faltará el informe precocinado por algún equipo multidisciplinar de cooperantes anónimos, ayudando a hipotecar el futuro de la comarca del Bierzo con la falsa promesa de preservar el medio natural y el empleo, dejando el otro medio, nunca mejor dicho, con el culo al aire.

2 comentarios:

Alto Sil dijo...

Estuve hace dos días en Urdiales de Colinas, un lugar mágico por lo remoto y aislado. Un parque eólico en la sierra al sur del valle destruiría para siempre el quizá más remoto rincón de todo El Bierzo.

Esto no puede quedar así. ¡A por ellos, que son pocos y cobardes! Y nosotros somos muchísimos más.

Anónimo dijo...

La Sierra de Gistreo y Coto nos hermana, más que separa. Quedan lejos otros tiempos cuando existía una mayor comunicación entre los pueblos que han crecido en ella. Pueblos de La Cepeda, Omaña, Laciana y Alto Sil, además de la parte que mira a El Bierzo; lugar donde algunos de nosotros se resisten a ubicarse, por cuestiones de identidad, pues se acercan más a los territorios patsuezus desde el Alto Sil hasta Babia, que a llanos de La Hoya, tal vez por encontrar al norte mayor similitud y cercanía.
Ánimo, debemos entre todos impedir que nos roben el viento y la belleza de la sierra.

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