Un ganadero en el archipiélago de Penghu, en Taiwán, perdio más de 400 cabras de su propiedad, muertas por insomnio y fatiga a causa del ruido de ocho enormes turbinas eólicas instaladas cerca de su área de pastoreo.
“Las cabras se veían flacas y no comían. Una noche fui hasta el aprisco y las encontré a todas despiertas, sin descanso”, señaló el propietario afectado Kuo Jing-Shan. “No supe por qué. Si lo hubiera sabido, habría hecho algo para evitar que murieran”, sostiene el ganadero.
Al parecer, las cabras no conciliaron el sueño debido a las turbinas de ocho aerogenaradores gigantes de un cercano parque eólico de la empresa Taipower, que se ha ofrecido a pagar parte de los costes de la construcción de un nuevo establo en otro lugar, pero no a indemnizarlo.
No obstante, la empresa Taipower duda de que el ruido sea la causa de la muerte de las cabras y creen que debe investigarse.
Antes de que se existiera el parque eólico hace cuatro años, Kuo Jing-Shan, tenía 700 cabras y desde su instalación, los animales fueron pereciendo progresivamente y hoy sólo cuenta con 250.
"No sabía por qué. Si lo hubiera sabido, habría hecho algo para detener las muertes", ha explicado el ganadero de Penghu, una zona que es conocida por sus fuertes vientos. Según Jing-Shan, "cuanto más fuerte sopla el viento, más fuerte suenan los molinos de viento".
“Los ruidos anormales pueden afectar el crecimiento normal y las rutinas de alimentación de los animales y provocarles problemas de sueño”, explicó el inspector del Ministerio de Agricultura, Lu Ming-tseng, quien cree probable, "que las cabras murieran por falta de sueño causada por el ruido de las turbinas".
Según el inspector de Agricultura, este ganadero ha sido el único que ha informado de muertes masivas de animales, aunque cree que es posible lo que denuncia, ya que su cuadra es la más cercana a los aerogeneradores, a sólo 40 metros de distancia.
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