sábado, 3 de octubre de 2009

Falacias, falampos y falampones


Parque Quintana. Gistreo desde el cañón del Primout hasta las fuentes del Noceda

No cae por sorpresa nada de lo acontecido durante los primeros días de octubre. Que se organice -para desmontar nuestros correctos y firmes argumentos- todo un despliegue "informativo" de primer orden y a escala autonómica, lejos de sumirnos en el desánimo nos provoca confianza firme en la certeza de nuestros argumentos para pensar que nos encontramos en el camino correcto.

No cae por sorpresa que continuamente se carguen las tintas contra los ecologistas; entendemos que ello entra dentro de las modernas y trogloditas estrategias políticas, especialmente en la parte popular que parecen inmersos y consumidos por una eterna y paranoica campaña electoral, despotricando sobre todo lo que se mueva en contra de sus íntimos intereses sin consideración, reflexión ni aplomo. Como si les fuera la vida misma en ello. ¿Acaso pueden estar pensando que esta tan manoseada crisis puede acabar irremisiblemente con el sistema capitalista?

No resulta extraño que se nos acuse de ser "cuatro y de Madrid". De ser contradictorios y estar contra el "progreso verde". Es más fácil acusar que comprender el desarrollo sostenible pensando en el futuro de los pueblos ubicando las centrales eólicas lo más cerca de los puntos de consumo de energía. Defender la supervivencia de especies que viven al borde de la extinción, como son el urogallo y el oso pardo cantábricos, no es ir contra el progreso sino apoyar acciones del propio ente autonómico, que para eso se gasta elevadas sumas del dinero público en su protección, precisamente allí donde pretende infectar sus hábitats con tecnología subvencionada puesta en manos de empresarios sin escrúpulos. Tampoco es para nosotros una sorpresa la acusación de repoblar con animales en serio peligro de extinción y con enormes dificultades para reproducirse en cautividad. Sabemos con certeza que quién realizó tales afirmaciones sólo obedecía a la estrategia dirigida desde las altas instancias.

De circular por una autovía imaginaria, la velocidad con que están actuando las consejerías implicadas en la autorización de los parques eólicos que nos afectan, provocaría que saltaran todas las alarmas de los radares para el control de velocidad. Por lo tanto, no es causa de asombro la celeridad e impaciencia con la que han procedido a autorizar el denominado "Parque eólico Quintana", para entre otras, digamos razones, calmar los enardecidos ánimos de la tropa y, de paso, asestar un duro golpe moral en las huestes ecologistas. Que estúpida manía en confundir las diferencias de criterio con la confrontación y hostilidad propias de la guerra, en vez de optar la vía civilizada del entendimiento y el diálogo. Los tribunales nos esperan; pero claro, a ellos también se presiona y desautoriza cuando sus sentencias no son de acorde con los intereses de quienes se creen dueños y señores del patio nacional.

Aquello, que viniendo de personas que pertenecen a la clase política y ostentan el privilegio de ejercer su labor en beneficio de toda la comunidad de ciudadanos de Castilla, y de León, si que supera los límites de la paciencia, cuando el señor Mantero nos acusa de falaces. Evidentemente este señor es político y no gestor de un patrimonio común de todos los ciudadanos de esta Comunidad Autónoma. Este señor a todas luces no comprende, entre otras cosas, el significado de la palabra falacia.


falacia.
(Del lat. fallacĭa).
1. f. Engaño, fraude o mentira con que se intenta dañar a alguien.
2. f. Hábito de emplear falsedades en daño ajeno.
Real Academia Española

Las falacias se usan frecuentemente en artículos de opinión en los medios de comunicación y en política.
Usar un ejemplo de la falacia del ataque personal o falacia ad hominem, esto es, afirmar que X es falsa atacando a la persona que la afirmó, en lugar de preocuparse de la veracidad de X.
La falacia ad hominem consiste en intentar descalificar personalmente a un adversario, en lugar de refutar sus afirmaciones.



Parque Quintana. Al sur del Valle de Urdiales primer paquete eólico

Falampo.
Copos de nieve de gran tamaño. Persona engreida

falampu, el:
sust. Trapu [de nieve, de polvu]. 2 Andrayu, prenda de vistir o pedazu [de tela vieyo y roto]

1 comentarios:

Alto Sil dijo...

Cuando los políticos incumplen sus propias leyes y los jueces no hacen que se cumplan ¿qué solución nos queda a los ciudadanos de a pie a los que por otro lado se nos exige el cumplimiento de la ley a rajatabla?

La clase política (antes los reyes, emperadores, caudillos y dictadores) han sido el mayor mal de la Humanidad y el que más dolor ha causado desde el principio de los tiempos. ¿Cuántos siglos más hemos de esperar para despertar y poner fin a esa miseria humana?

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