domingo, 31 de enero de 2010

Atentado contra la reproducción del urogallo


Los promotores de Polígonos Industriales Eólicos siempre buscan la confrontación directa. Quienes opinen y actúen en contra de sus intereses, siempre serán sus eternos enemigos. Decididamente especulativos y con la intención exclusiva de obtener un buen rédito sobre el capital invertido. Nadie puede ver en ellos a unos abanderados del desarrollo sostenible, no obstante, y como acostumbra argumentar el colectivo de los cazadores, se consideran más ecologistas que los propios ecologistas. La población expoliada en tiempo de crisis, o no, sólo intenta creerse que su único beneficio le llegará en la forma de los puestos de trabajo prometidos. Ingenua ilusión que se disipará nada más comenzar las obras, y ver con dos palmos de narices, como su demanda de empleo permanece parada, y su única riqueza natural e intangible, pierde todo su valor y atractivo. Después se comentará en el bar que quién manda, como siempre, es el dinero y la tajada, como siempre, se la quedan los mismos. Triste consuelo ante tanta cobardía.

Los promotores de Polígonos Industriales Eólicos campan a sus anchas por lo que ellos consideran sus dominios, y una vez obtenida la autorización de obra se saltan la ley a su antojo como si fueran los dueños del monte. ¿Quién los protege? ¿Quienes son los conservadores de esta especie mutante? ¿Protegen al pueblo y su territorio nuestros políticos, civilizada y democráticamente elegidos? Los conservacionistas, casi siempre indefensos, intentamos proteger la naturaleza que ellos atacan con sus máquinas de destrucción masiva, su poder y su dinero. Ellos por su parte, no contentos con sortear de forma truculenta la normativa mediambiental, negando la existencia del Urogallo cantábrico en nuestras sierras, pretenden ahora imponer su propia dinámica de trabajo para concluir cuanto antes las obras y así poder comenzar a obtener beneficios, que es para lo que realmente les interesan las renovables, como en otro tiempo lo eran las minas de interior y a cielo abierto. Es posible que por entonces no llegaran a imaginar que sus "pertenencias" podrían abarcar tanto.

Así las cosas, con los ecologistas y las especies emblemáticas de nuestra fauna ninguneados, nuestro patrimonio natural continúa perdiendo valor y lo que debe de ser una apuesta de futuro en lo económico, vamos camino de que nos la dejen arrasada para siempre. Triste futuro ante tanto desprecio a la biodiverdidad que contiene nuestra tierra.

1 comentarios:

Alto Sil dijo...

Yo opino en contra de sus intereses, y que me declaren su eterno enemigo si quieren.

Habría que crear un blog donde colgar imágenes de estos sujetos, porque me gustaría verles la cara, y que haya gente que les reconozca por la calle y escupa en el suelo al cruzarse con ellos.

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