martes, 8 de septiembre de 2009

Del porqué un mentiroso es cazado antes que un cojo


Hasta ayer mismo clamaban para ser oídos por Zapatero en visita anual a Rodiezmo (atrás quedan los tiempos mineros de solidaridad y reivindicaciones), y no dudemos que seguirán perseverando en su empeño por copar las más altas cumbres de Gistreo, sin embargo, y mira tu por donde, descubrimos que sus mentiras emergen como hongos en el papel salmón. Cuitados ellos, que se han hartado hasta la saciedad de pregonar a diestra y siniestra de cuán cabrones somos los ecologistas, para que en un mal momento aparezca en sus medios más admirados y a la vez temidos: porque son los que ofrecen a los cuatro vientos todas aquellas migajas, disputas, bancarrotas y toda la flor y nata de los especuladores bursátiles, la fatal noticia de que una gran empresa nacional dedicada al desarrollo eólico anuncie a través de una breve nota difundida por la Agencia EFE, que será Gamesa -sin plantas de montaje en la provincia-, quien de llevarse a cabo la obra, se encargará de suministrar los aerogeneradores al Parque Espina, en Igüeña.

Quizá tengamos los ecologistas un alivio temporal, una tregua no pactada, mientras alcaldes, pedáneos, sindicalistas, presidentes de consejo comarcal y demás adalides del sector eólico la emprenden esta vez contra una empresa de la competencia que, de un plumazo los va a dejar sin empleo, sin dinero y sin el chollo de fulminar el futuro económico de la sierra -con sus pueblos y sus paisanos- a cambio de plantarlo todo de hermosos molinillos y de ese modo reforzar sus discretas cuentas corrientes.

Tal vez sea el momento para quienes acusaron a los conservacionistas de ser ajenos a nuestros montes y vivir en Madrid, y de repoblar con perdices de granja -perdón, urogallos- las matas de rebollo y xardón, en una astuta estrategia para obligar a los tribunales a parar los parques, se den cuenta, al menos por una temporada que su problema no somos nosotros sino la compentencia del mercado. Ni que decir tiene que si así proceden, no duden en contar con todo nuestro apoyo, ya que desde aquí, al mismo pie de la sierra donde vivimos y nos ha visto nacer, seguiremos luchando por defenderla de todos aquellos guerreros que amenacen con invadirla con gigantes aspados de fibra de vidrio y metal gris.


1 comentarios:

Casimiro Martinferre dijo...

Dinero llama a dinero. Jamás la codicia ha tenido ni tendrá escrúpulos de conciencia para incrementar su cuenta corriente. Si un bosque con urogallos intercepta el flujo de euros hacia el bolsillo de una eólica, lo quemará. Calcinarán nuestros montes si el impedimento es la naturaleza. Me remito a las pruebas, los últimos incendios en Bierzo, Omaña, Cabrera.

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